Bachelet, nueva comisionada de derechos humanos de la ONU

Momento de incertidumbre

La expresidenta de Chile asume el reto de defender los derechos humanos frente a EE.UU.

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Michelle Bachelet hablando ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el 21 de septiembre del 2016

Seth Wenig / AP

Hace un par de semanas, Michelle Bachelet, la dos veces presidenta de Chile, se dejó ver por las dependencias de la ONU, en la Primera avenida de Manhattan.

A simple vista podía parecer una visita de cortesía. En el periodo intermedio entre sus estancias en el palacio presidencial de la Moneda en Santiago (del 2006 al 2010 y del 2014 al 2018), Bachelet fue una figura reconocida por los pasillos de los cuarteles de la ­Organización de las Naciones Unidas.

Durante ese periodo ejerció como la primera directora ejecutiva de ONU-Mujeres. Tal vez su presencia sólo consistiera en saludar a viejos amigas y amigos.

Washington, que dejó el Consejo por las críticas recibidas, espera que Bachelet “no repita errores”

Pasados unos días, queda claro que no hay viaje gratuito. Que hubiera cortesía no impide que la dirigente chilena acudiera a ese rincón frente al East River para negociar su próximo cargo.

El secretario general de la ONU, António Guterres, comunicó este miércoles que cuenta con Bachelet para liderar el Consejo de Derechos Humanos.

“El secretario general, tras las consultas con los responsables de los grupo regionales de los estados miembros, informó hoy a la Asamblea General de su intención de incorporar a Michelle Bachelet, de Chile, como la nueva alta comisionada”, según la nota difundida por su portavoz.

La elección y su anuncio se producen en un momento de incertidumbre y buscan aminorar las tensiones que han surgido con el príncipe jordano Zeid Ra’ad al Husein. El pasado diciembre señaló que había decidido no optar a una prolongación de su mandato, que concluye este septiembre. Este diplomático se ha caracterizado por ser uno de los críticos más directos de los abusos de los gobiernos, incluido Estados Unidos, durante sus cuatros años en el puesto.

La confrontación con la misión estadounidense se expandió mucho más con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Su embajadora, Nikki Haley, acusó a la comisión de ser un nido de dirigentes cargados de prejuicios contra Israel que favorecían a los terroristas que campan por Gaza.

De la retórica a la acción. EE.UU. se retiró el pasado junio del Consejo de Derechos Humanos. El detonante fueron unas palabras del Al Husein, que arremetió contra Washington por la práctica de “tolerancia cero” en cuanto a separar a los niños de sus familias cuando cruzaban la frontera sur estadounidense. Haley, sin disimular su ira, le acusó de ignorancia e hipocresía.

“El fracaso del Consejo de Derechos Humanos hace que la selección del secretario general del nuevo alto comisionado sea todavía más importante”, escribió Haley en un comunicado, muy medido a la hora de considerar a la persona elegida. “Es responsabilidad del secretario general depositar su confianza en Bachelet para evitar errores del pasado”.

De 66 años, Michelle Bachelet se implicó en el activismo por los derechos humanos prácticamente desde el comienzo de la dictadura de Pinochet. Su padre, general de la fuerza aérea, fue detenido y torturado; murió en prisión en 1974. Su esposa y su hija también fueron detenidas y torturadas. Una vez liberadas, se exiliaron. Michelle regresó a Chile en 1979.

Si Bachelet es la piedra angular de Guterres para convencer a Estados Unidos de que el Consejo será diferente, ya en las primeras horas surgió la crítica.

UN Watch, organización no gubernamental con sede en Ginebra (al igual que el Consejo), emitió un comunicado en el que expresó su “seria inquietud” por el currículum de Bachelet. La intranquilidad se fundamenta en “su apoyo a los derechos humanos en Cuba, Nicaragua y Venezuela”, indica ese texto.

Le piden una aclaración. “No existe duda alguna de que la antigua presidenta de Chile es una mujer de alta educación e inteligencia política, que aporta además importantes herramientas para la negociación”, indicó Hillel C. Neuer, director ejecutivo de UN Watch. “Pero ella ostenta un controvertido registro al sufragar los abusos a los derechos humanos cometidos por los que rigen los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Nosotros necesitamos saber si tiene planes de redirigir esas situaciones urgentes antes de que su nominación sea puesta a votación”, insistió. En la Fox, la cadena trumpetera, la califican de “socialista”.

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